
Optimiza el proceso de tu inventario
Tierry Casillas, profesor de la EOI, recomienda hacer el inventario con un carácter periódico, “cuantas más veces mejor”, combinando dos técnicas que lo hagan más sencillo: en primer lugar, el sistema de clasificación ABC. Este método divide los artículos en tres categorías según su valor para el negocio, de forma que los de clase A serían los más preciados y los clase C los de menor interés. Aplicado al inventario, la conclusión es que debemos revisar con mayor atención aquellos productos que tengan un mayor valor unitario. “Por ejemplo, si tu negocio es una joyería, es posible que no necesites recontar con tanta frecuencia los relojes más baratos, pero las piezas que valgan 6.000 euros las contarás diariamente, porque si desaparece una tienes un problema gordo”, explica Thierry Casillas.
FAMILIAS LÓGICAS
Junto a ese sistema ABC, Casillas recomienda dividir el stock en “familias de productos” de forma que el inventario se pueda ir repartiendo en el tiempo. Un ejemplo sencillo:
Si tienes un negocio de ropa para hombres, una familia de artículos podrían ser los trajes y otras las camisas, los abrigos, los complementos… Aprovechando los tiempos muertos (en un local comercial, la primera hora de la mañana), es factible ir haciendo el recuento de cada familia sin necesidad de cerrar el local durante un día entero. Si has establecido ocho familias, a semana
por familia, “en dos meses le puedes dar una vuelta al conjunto del almacén y hacer hasta seis inventarios completos a lo largo del año”.
TÉCNICAS COMBINADAS
Además, una vez que tengas claras tus familias, al hacer el recuento puedes aplicar a su vez una técnica de clasificación ABC, apunta Casillas: “Por ejemplo, no importa tanto que, en lugar de ir contando cada par de calcetines, lo hagas por cajas, puesto que su valor por unidad es pequeño. En cambio, si recuentas gemelos de 300 euros cada par, sabes que los tienes que ir comprobando uno por uno».
DINERO PERDIDO ENTRE LOS ESTANTES
Según el último estudio AECOC sobre la pérdida desconocida, 1.200 millones de euros en producto desaparecen cada año de las empresas españolas. Es decir, ese es el coste de las regularizaciones que se ven obligadas a asumir las compañías. Viendo las causas de estas pérdidas, llama la atención que un 26,6% se debe a hurtos de los propios empleados (hurto interno), frente a un 10,4% de desapariciones que son a causa de errores administrativos (por ejemplo, a la hora de fijar los precios).
Como tendencia, las sustracciones por parte del personal están descendiendo respecto a años anteriores. En 2006, fueron del 29%. En cualquier caso, el mayor número de hurtos viene de personas ajenas.